Todos los días y la mayor parte del tiempo las personas acceden a la red, ya sea para revisar sus redes sociales, realizar búsquedas en Google, descargar aplicaciones, enviar un correo, publicar en un blog, comprar en línea, compartir alguna foto o simplemente ver qué pasa en el mundo, sin notar que van dejando una huella digital durante su recorrido.
Cada acción que se realiza en la web va dejando un rastro e historial de comportamiento, el cual es más público de lo que se cree y aunque se desee borrar, deshacer o cambiar, permanece un registro previo de las búsquedas y actividades.
Tal vez has escuchado sobre el término, pero si deseas saber más acerca de qué es la huella digital y cómo impacta, aquí te contamos más sobre este concepto.
¿Qué es la huella digital?
¿Eres de los que al levantarse lo primero que hacen es ver su teléfono y navegar en internet? ¿Constantemente subes fotos de ti y de tus actividades en Instagram, Facebook, WhatsApp o cualquier otra plataforma?
Bienvenido al registro de tu comportamiento en la red, desde lo que posteas en tu horario favorito, lo que buscas en tus ratos libres, en el lugar que lo haces y las tendencias en las que te basas para tomar cada una de tus decisiones, es una línea trazada sobre cómo te mueves en internet.
Por mínima que sea tu actividad, las aplicaciones, redes y/o servicios de internet van almacenando una base de datos, y sí, no importa que después elimines tu foto, de alguna u otra forma, todo lo que realizas se queda registrado.
¿Para qué sirve la huella digital?
Las enormes bases de datos que guardan nuestros registros, pueden ser oro puro para algunas compañías, pues les puede brindar información y revelar muchos datos que tal vez no tomaban en cuenta, permitiéndoles conocer mejor a su público meta y al consumidor.
Si bien es cierto que no siempre autorizas compartir tus datos, a veces ya no es necesario, pues hay patrones que ayudan a detectar por qué diste clic donde lo hiciste, qué te motivó a hacerlo y qué es lo que esperas obtener.
Por lo general esa información no se presenta como intrusión en tu privacidad o en tus datos personales, sino que solo revelan datos estadísticos con el objetivo de generar perfiles ideales para el comprador.
Hoy en día es prácticamente imposible no dejar una huella digital, pero lo que sí es posible es su reducción, y la administración de identidad digital.
Ahora ya sabes qué es la huella digital, pero, ¿en qué consiste la identidad digital? A continuación te lo explicamos.
¿La identidad digital es lo mismo que la huella digital?
Si bien el término es similar, no son lo mismo. Con la definición de huella digital viene el elemento que la acompaña: la identidad digital.
Todos los usuarios que contamos con un dispositivo conectado a internet, contamos con un “yo” que interactúa en la red, este deja datos como contraseñas para abrir en automático los correos, accesos o cookies (fragmento de texto de tus visitas en un navegador).
El objetivo es obtener información de un sitio web, e incluso nombre, edad o datos para poder descargar alguna revista o contenido de nuestro interés. También entra en juego la manera en que deseamos que nos perciba el “otro”.
La identidad digital es la marca personal que se liga a nuestras creencias, opiniones e inclinaciones, por eso nos tomamos fotos en nuestros lugares favoritos y nos ponemos un pseudónimo para que los demás nos ubiquen, esa información es la que genera este concepto.
Entonces, ¿qué pasa con todo esto?
¿La huella digital solo se emplea para buenas acciones?
Si bien existe su parte buena como:
- Descartar la suplantación de identidad, pues cada persona posee un registro único, ya que es casi imposible que 2 personas o más puedan buscar las mismas cosas en la web.
- Si se te olvida tu contraseña o códigos puedes estar tranquilo, algunos sitios registran mediante cookies estos datos, así ya no será necesario que la recuerdes todo el tiempo.
- Genera datos importantes para las empresas, pues a partir de tus búsquedas y registros, se pueden generar reportes de las visitas de un usuario promedio.
Sin embargo, lo ideal sería que los registros de información solo se emplearán para acciones buenas como los puntos anteriores, o que permitieran hacer mejoras con beneficios para los usuarios, sin embargo, la realidad es otra.
Esta mina de oro como se le denomina al big data coloquialmente, no solo llega a manos de las empresas, sino también se vuelve una mercancía muy apreciada por los hackers.
A continuación te presentamos los principales casos donde tu rastro o huella digital puede tener repercusiones negativas.
1. Fuga de información
La fuga de información nunca es buena, pues si se quisieran compartir serían distribuidos públicamente, sin embargo, esta pérdida de datos por lo regular tiene como propósito dañar la imagen y el prestigio de una persona o empresa.
Casi siempre los datos que se fugan son de misión crítica, confidenciales y/o sensibles, pues son las contraseñas de cuentas, datos de los clientes e incluso datos personales que después pueden ser empleados para la extorsión.
2. Usurpación de identidad
No todo es transparente en la red, existen perfiles en todas las plataformas que no siempre son reales, perfiles creados con información y fotos falsas y no autorizadas por los usuarios reales.
Pero no solo pasa con las personas, hay casos donde las empresas son las más afectadas, pues hay personas que crean perfiles sobre una compañía con el fin de desacreditar, pedir información o robar contraseñas, todo esto con el nombre y perfil de una empresa reconocida, pues es la manera de llegar a esos datos que desde un usuario común no se podría.
3. Ataques DDoS o Ataques de denegación de servicio
Los ataques DDoS se derivan de las diversas vulnerabilidades que rodean al internet, y donde el malware o programa malicioso infecta a tu computadora para realizar ataques contra el servidor hasta saturarle, sin que el usuario pueda darse cuenta de esta dañina acción.
Los ataques DDoS ya son temas del terreno de la ciberseguridad, pues los hackers o ciberdelincuentes realizan acciones más técnicas y sofisticadas.
De hecho, con base en el informe de Forbes, hay 20 programas maliciosos que se están tomando cada vez más relevancia, los cuales han traído más de 103 millones de intentos de infección en México, lo que se traduce en un promedio de 5 ataques por segundo, fatal, ¿verdad?
¿Cómo se puede reducir la huella digital?
Como ya te mencionamos es imposible eliminar por completo tu rastro online, pero te dejaremos una serie de pasos que te ayudarán a reducir este proceso, evitando molestias y posibles conflictos de ciberseguridad.
Si eres un usuario o empresa debes revisar cada publicación que alguna vez subiste a tus redes sociales, analiza si colocaste datos personales como edad, sexo o datos sensibles que te hagan más ubicable para los usuarios en la web y elimínalos, ¡evita a toda costa los árboles genealógicos!
Date el tiempo de configurar los ajustes de privacidad de tus cuentas, no importa si es Facebook o alguna aplicación que se vea inofensiva, configura todos tus perfiles como privados, así solo se mostrará a quien tú conozcas.
Sabemos que es casi imposible recordar de memoria qué sitios web has abierto y en cuántos has creado perfiles, sin embargo, si cuentas con un historial, revisa uno por uno y cierra aquellas que solo usaste una vez para tareas o trabajos.
Si eres un usuario o empresa que trabaja con información personal gestionada por terceros debes realizar de inmediato y como primer paso, la solicitud a la empresa, agencia o proveedor que tiene tu información para que pueda retirar la información sensible de su base de datos, según sea el caso.
Solicita informes constantes sobre cómo mueven tus datos y qué hacen con ellos, ¿los comparten con otras empresas? ¿Únicamente los almacenan? Cuestiónate todo.
En el caso de la información que es pública y tratada por terceros es un tema distinto, pues si en un mundo ideal las instituciones, organizaciones, industrias y compañías usan el big data para objetivos transparentes y legales, hay información que no puede ser eliminada de la red, aun si esta no se muestra en los buscadores, pero se sabe que está ahí.
El algoritmo de Google puede parecer neutral, pero las búsquedas que se presentan son las que únicamente responden a la información censada previamente, el resto conforma la Deep Web, el famoso espacio de internet donde se aloja el contenido que no aparece en los motores de búsqueda convencionales.
Conclusión
Como ahora sabes, la huella digital es un tema al que pocas personas y/o compañías ponen atención, pero también es imposible que centramos todos nuestros esfuerzo por eliminar por completo nuestro rastro, pues la única manera de que eso suceda es no volviendo a acceder a la web… Nunca.
Eso es prácticamente una utopía, pues los trabajos, las innovaciones y las formas de socializar e interactuar demandan cada vez más una relación mediante internet.
Lo que sí se puede hacer es cuidar la forma en que cada usuario se mueve en la red, saber que si accedemos a un sitio aunque sea durante una fracción de segundo, se queda un registro.